Como ya dijimos en algún post anterior, en nuestra agencia, además de la labor de vender inmuebles, nos hacemos cargo de toda la gestión de documentación tanto en el proceso de compra como en el de post venta. Por ello, y tras las últimas noticias publicadas en prensa, creemos conveniente explicar a nuestros clientes la importancia de este certificado.
Mucho se ha hablado de que el certificado energético no es otra cosa que un impuesto absurdo, un papel inservible o una piedra más en el camino burocrático de la venta de una casa. Hoy queremos intentar aclarar un poco por qué nace el certificado energético y cual es su fin, de manera que a la hora de pagar este trámite lo podamos hacer, al menos, sabiendo su «finalidad» y quedándonos un poco más tranquilos.
El parque de edificios español, es decir, el número de viviendas de nuestro país, asciende ya a unos 25 millones de residencias, y de estos 25 millones de casas el 20% tienen más de 50 años. Por otro lado, el 30% del consumo energético de nuestro país se genera en nuestros propios hogares y somos los principales emisores de dióxido de carbono, derivado de la utilización de la calefacción principalmente. Si unimos la antigüedad de las viviendas, las instalaciones eléctricas obsoletas y el consumo energético, podemos ser conscientes de como está afectando al medio ambiente nuestro día a día en casa.
El certificado energético nace con la idea de poder controlar y mejorar nuestra manera de consumir energía. Podemos apuntar que ya es muy habitual que a la hora de comprar una bombilla elijamos la de bajo consumo, ¿verdad? Pues la intención del certificado es la misma que tenemos nosotros a la hora de elegir esta bombilla: determinar de qué manera estamos consumiendo la energía para así poder mejorarlo y consumir menos, y por lo tanto, pagar menos.
Existen siete niveles de eficiencia energética, que van desde la letra A a la letra G, siendo la A la óptima. En este momento, si sacáramos una media general a nivel nacional, nuestro certificado energético sería el E, lo que dista mucho de tener una buena eficiencia. Por ello, cuando el técnico especializado viene a realizarnos el certificado energético, no sólo viene a catalogar la eficiencia de nuestra vivienda sino que también nos entregará una serie de recomendaciones para poder mejorarla.
Tras la aprobación de esta ley en el año 2013, sólo teníamos en cuenta la tramitación del certificado energético cuando ya habíamos conseguido vender nuestra casa, ya que es un requisito indispensable para formalizar la compraventa. Ahora bien, ¿cúal es la situación actual? En el mismo momento en el que ponemos nuestra vivienda a la venta, ya sea a nivel particular o encargándosela a profesionales, debemos tener en vigor nuestro certificado energético, no es suficiente con que lo tengamos » en trámite». No podemos publicar, promocionar ni publicitar a ningún nivel la venta o alquiler de un inmueble si no lo tenemos en regla, arriesgándonos a ser sancionados económicamente si no cumplimos con ello.
Por ello, en nuestra agencia solicitamos a todos nuestros clientes que tramiten su certificado cuando nos encarguen la gestión, ya que de cualquier forma lo necesitaremos a la hora de formalizar su venta. Si lo desean, podemos encargarnos nosotros de realizar la gestión y contratar a un profesional para ello; además, todos los clientes que trabajen con nosotros en exclusiva tendrán su tramitación incluida de manera gratuita.